viernes, 23 de enero de 2009

2. Las cargas y dificultades del mundo nos proporcionan algunas de nuestras mayores bendiciones

"Antes de nacer en esta tierra, sabíamos que al
venir adquiriríamos cuerpos físicos y experiencias
de toda índole y que también tendríamos gozos y
tormentos, bienestar y dificultades, comodidades
y penalidades, salud y enfermedades, éxitos y
fracasos; asimismo sabíamos que al terminar
nuestra jornada terrenal moriríamos. Sin embargo,
desde allá aceptamos todas estas experiencias
con grato corazón, ansiosos de enfrentar lo favorable
y lo desfavorable. Con entusiasmo aceptamos
la oportunidad de venir a la tierra, aun
cuando sólo fuese por un día o un año. Es probable
que ni siquiera nos hayamos preocupado
de si moriríamos de alguna enfermedad, a raíz
de un accidente o simplemente debido a la vejez.
Nos encontrábamos dispuestos a aceptar la vida
como viniera y como nos fuera posible organizarla
y controlarla, y todo esto lo hicimos sin ninguna
murmuración, sin quejas o exigencias ilógicas."
(La fe precede al milagro, págs. 106-107.)
Presidente Spencer W. Kimball

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